La Talla, de candelero para vestir, muestra en su rostro una singular
expresión de dolor letífico, no solo por el hecho de dulcificar su
aflicción para no alterar en demasía su belleza, uso habitual en la
imaginería andaluza, sino también como si tratara de dar a entender al
espectador su confianza en la futura Resurrección de su Hijo.
De sus apagados ojos, enrojecidos y casi semicerrados por la pena, con
la mirada perdida en el vacío, brotan cinco lágrimas, las llamadas
"Cinco Angustias de María", labradas de pasta vítrea. Tres van cayendo
por la mejilla derecha, y dos por la izquierda.
Las bien perfiladas cejas, el clásico
perfil y la prominente barbilla que remata la redondeada faz,
contribuyen decisivamente a la idealización de sus rasgos.
Destaca especialmente del simulacro, la resolución de sus labios, con la
lengua proyectada hacia delante, adoptando un cariz dialogante, así
como el hundimiento de la zona clavicular y el modelado de los dedos de
la mano derecha, dando éstos últimos la impresión de sostener,
temblorosos, el pañuelo con el que se dispone a enjugar su llanto.
Además de las lágrimas, tiene como elemento postizo las pestañas superiores, de pelo natural.
El 25 de Marzo del año 2010, se llevó a cabo la Solemne Bendición de la
Imagen en la Parroquia del Corpus Christi.
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